28 de febrero de 2021

Combinaciones intrépidas

El tiempo pasa tan despacio en Sildavia que nos demoramos temporadas cada vez más largas en  Klow, su capital. Y después de oler los sellos, el lacre, el papel envejecido, después de admirar la filigrana orfebre de sus colecciones sigilográficas, y pasar días como minutos aspirando la brisa de sus montañas, a pleno pulmón, sin mascarilla, regresamos, en eterna adolescencia, como el héroe de Hergé

Ligeras de equipaje pero muy bien surtidas, decidimos echar en la maleta poco y bueno.

 -Un vaquero, una camisa, un suéter fino y otro más espeso. 

 -Un bolso de piel con bandolera, (opción manos libres) que se convierte en cartera para la noche. 

 -Como abrigo, el  que llevamos puesto: impermeable por un lado y pelo por el otro. 

-Nuestro único calzado, unas exageradas y comodísimas botas trotter.

Suéter mohair y bufanda

Parka reversible


Chaqueta lana bordado

No puede faltar en nuestro equipaje, un poco de imaginación. La suficiente para rendir homenaje a los que la derrochan. Aunque quien carece de ella no la sufre, en pequeñas dosis no hace daño. Siempre podrán repetir, como propias, las ideas ajenas. El principio del eco. Pero esa es otra historia.