Cada vez más críticos ( QUE NO CRITICONES ) con las tendencias. Más exigentes: queremos ropa que nos permita movernos, calzado para caminar, gabardinas y cazadoras que nos aíslen de los elementos y nos permitan ir coquetas en cualquier circunstancia. Observamos la tendencia de diseñar ropa que parece funcional sin serlo en absoluto, quizás contagiado por alguna tendencia en Arquitectura, que lleva un tiempo adoleciendo de lo mismo. La suavidad de los algodones, la caída de las sedas, la piel más mórbida para los pies... y tacones, sí, pero no de DRAG , porfa! ¿Quién quiere verse como un jarrón, adorno de despacho? ¿Quién, salvo adolescentes desorientadas ( preciosa edad ), quiere ir pisando huevos? IO NON SONO UNA BAMBOLA. MIRA + FOTOS