Comenzamos estación con nuevos propósitos, pero perseverando en una idea: calidad.
Calidad, calidad, calidad, en piezas grandes o pequeñas, más clásicas o más extravagantes, no podemos perder el foco y resignarnos a meter en nuestro armario lo vulgar, lo corriente, lo que lleva todo el mundo.
Sabemos que la calidad vende, fideliza. Sabemos que, cuando vienen a nosotros, los clientes entran, y lo más importante, salen contentos. Vuelven.
Propuestas arriesgadas, novedosas; prendas que no son lo que parecen, cortes escondidos, tejidos inusuales, vuelos inesperados.
Prendas raras, sorprendentes. Más sorprendentes cuanto más se alejan de la estridencia. Favorecedoras.
Para ojos expertos.